El Duelo

El duelo es una reacción normal de dolor ante una pérdida, por eso para hablar del duelo necesariamente hay que hablar de muerte, es un tema que la mayoría de los seres humanos prefiere evitar. En muchos casos se hacen esfuerzos por negarlo, casi nunca estamos preparados y no sabemos que hacer, ni que decir, ni que pensar, ni cómo abordar el tema en nuestras mentes, ni cómo manejar nuestras emociones.

La manera como concibamos la posibilidad o no de trascendencia nos da luces de cómo abordar el tema, ya que respondería a la pregunta de si la muerte es el fin o no; esa respuesta normalmente la ciencia y el conocimiento científico del mundo no nos la puede dar, de ahí que las religiones, tradiciones espirituales, visiones indígenas, posturas alternativas y la metafísica han sido tan importantes para ayudar a entender este fenómeno tan difícil como significativo que es la muerte y el duelo. Sin embargo, lo más importante, es la construcción propia que vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida sobre el concepto de trascendencia.

Desde la psicología también hablamos de duelo cuando tenemos una pérdida significativa en nuestra vida, como perder el trabajo, dinero, una empresa, la casa la salud, una separación entre otros, las consecuencias de un duelo no resuelto pueden ser profundas, con frecuencia terminan afectando no solamente las personas que sufren la pérdida de manera directa sino también a muchas otras personas que se relacionan de manera directa e indirecta con ellos y a la sociedad, ya que un ser humano en estado de duelo no resuelto, puede generar mucha disfuncionalidad en lo personal, laboral, actitudes sociales entre otras, muchos casos de duelo no aceptados y no elaborados transforman a la persona en un ser negativo en ocasiones peligroso y violento.

Los procesos de duelo tienen unas etapas, no todas las personas las viven de la misma manera.

1. Shock: es cuando nos damos cuenta de la pérdida, hay una sensación de irrealidad, de que eso no está pasando, normalmente es un estado sin emocionalidad

2. Negación: Es cuando vivimos como si la pérdida no hubiera sucedido, tratamos de seguir con las mismas rutinas, hay fantasías donde la persona, el trabajo o el dinero por ejemplo siguen ahí, hacemos planes, nos da rabia cuando alguien nos hace caer en cuenta de la pérdida. En nuestra mente no queremos sentir el vacío, por eso cada vez que se asoma lo negamos

3. Rabia: Sensación de injusticia, podemos pensar que la vida no es justa con nosotros, podemos pelear con nuestras creencias religiosas o espirituales, podemos sentir rabia hacia nosotros mismos o hacia la persona que se fue por habernos abandonado.

4. Culpa: Es la idea de que podríamos a ver hecho más u otra cosa diferente para que la situación no hubiera sucedido.

5. Aceptación: Es un momento de tristeza profunda, estamos dispuestos a sentir la falta y el vacío, aquí empieza un camino de reconciliación con nosotros mismos y lo perdido, tratamos de encontrar una nueva manera de vivir

Un duelo bien realizado es un proceso de aceptación, desapego, trabajo interno, expresión emocional y movimiento mental y físico, que hace que una persona luego de la pérdida de un ser querido por la muerte o separación, logra entender, aceptar analizar, sentir y trascender el hecho de una manera positiva y serena, para recordar el hecho sin dolor físico y mental, y poder a la vez continuar con su propia vida con una adecuada funcionalidad y salud, esto es en estado de bienestar físico, mental social y espiritual.

La aceptación de un proceso de muerte o separación de un ser muy querido no es del todo natural, si no se decide trabajar en el duelo a consciencia, lo que ocurre es que la persona niega y de alguna manera oculta su pérdida inicialmente, con el tiempo pueden darse una serie de síntomas físicos y mentales que cambian su forma de ver la vida y puede llegar a vivir en un sufrimiento, sensación de vacío y pérdida del sentido profundo de la vida.

Normalmente la detección de un proceso de duelo patológico ocurre muchas veces después de muchos meses o años cuando la persona por fin va donde un profesional de la salud, con frecuencia vemos que ya hay muchos alteraciones en la salud de la persona, a veces se puede llegar al suicidio y a tener enfermedades crónicas a graves, esto se da porque en un proceso de duelo se generan importantes estresores y esto debilita el sistema inmune, lo que hace que la persona esté más predispuesta a la existencia de enfermedades, inflamación y dolores en el organismo.

Recomendación

Una de las mejores maneras de realizar el duelo es intentar escribir una carta de duelo con el corazón, es una carta que se sugiere hacer a mano por el gran valor simbólico, uno puede pensar y decir casi cualquier cosa, pero no escribe cualquier cosa, para escribir, siempre se necesita un intenso proceso de pensamiento, imaginación, visualización, memoria, selección y realizar hasta un ejercicio de lenguaje de gramática y búsqueda de sentido y coherencia.

Se sugiere hacer la carta con calma, pero que no se superen los tres meses, debe tener 4 capítulos o temas principales, no importa si queda larga

Capítulo 1. Reclamo

En donde la persona va a hacer memoria y a pensar en el ser querido desde cuando lo conoció hasta cuando lo dejó de ver; va a sentir si debe reclamarle algo o muchas cosas. Se sugiere poner todos los reclamos por escrito, desde lo simple hasta lo más complejo.

Capítulo 2. Perdón en tres sentidos

· Perdonar por escrito, buscando y sintiendo las razones para hacerlo, todo lo que se reclamó en el capítulo anterior

· Pedir perdón: Hacer memoria desde que se conoció al ser querido y pedir perdón por escrito de todas las faltas que uno ha cometido o cree haber cometido con el ser querido, desde lo más simple hasta lo más complejo, sin quedarse con nada.

· Perdonarse: Así como se aceptan los errores o faltas, también es importante perdonarse por escrito buscando y sintiendo las razones para perdonarse.

Capítulo 3. Afecto

En donde se va a sentir al ser querido y se le va a expresar por escrito todo lo que ese ser significaba, significó o significa para el doliente. Destapar sentimientos o expresiones que no se alcanzaron a decir al ser querido, sin quedarse con nada.

Capítulo 4. Despedida

En donde se va a aceptar por escrito que el ser querido ya no está con uno, entendiendo y asimilando que a uno le toca quedarse por lo menos el resto de esta vida sin el ser querido en el papel que desempeñaba o en sus aspectos materiales o físicos. Asumiendo que ese ser siempre va a estar con uno, ya que entre otras cosas ese ser forma parte de lo que uno es. También aceptando y dando las gracias por todos los buenos momentos, las experiencias y aprendizajes gracias a ese ser querido.

Cuando la carta esté lista, la vas a quemar en un lugar significativo en relación con ese ser querido, visualizando mientras se quema, que así se queman las emociones y sentimientos negativos. Lo importante es que luego del ritual de la carta y el duelo, sólo perdure lo positivo de esa relación.